Vision 5.2.25. Cali-fornia
Vision 5.2.25. Cali-fornia
El subconsciente cobra forma de nuevo de un gran hotel, está vez de carácter colonial (o algo parecido) siento que me recuerda a estas estructuras españolas, pero a la vez veo un domo sobre mi cabeza que también me recuerda mucho la arquitectura India.
Me da la impresión de que estoy dentro de la gran estructura viendo un sin fin de puertas de madera pintada en turquesa, con un aire rústico que denota tanta antigüedad que no podría determinar una época para ellas, solo las admiraba y notaba que se encontraban sostenidas por grandes clavijas de plata oxidada que ya mostraba un tono carmesí.
Comencé a avanzar entre los pasillos y no hallaba a otro ser humano, así que decidí abrir una de las puertas, era exageradamente pesada, recuerdo tener que apoyar el peso de mi cuerpo sobre la puerta inmóvil de la derecha para poder abrir la izquierda, y en cuanto fue posible aperturar una pequeña hendidura, una luz extrema se asomó hacia el interior del largo pasillo, era una luz tan intensa, que no podía graduar mis ojos a ella para poder observar su origen.
Luego de un rato sin moverme por el miedo a lo que podría ver una vez pasada la ceguera por la luz, pude comenzar -primero- a escuchar una leve, pero grave voz que venía del otro lado de la puerta, era una voz femenina, pero con un fuerte rasgo de masculinidad que la elevaba, y conforme mis ojos "graduaban" la luz, sentí un fuerte viento en ráfagas que también provenía de ella.
-"Es Tot"!!. Dijo la voz, o al menos así lo tradujo a duras penas mi mente asustada, unos cuantos segundos después del sonido aquel que parecía más un mandato grotesco, sonaba como "S Top", "Quie To", quizá ..."muer ...to".
No porque fuese un idioma que yo podía comprender, sino, porque así lo comprendía automáticamente todo mi ser, cualquiera que fuese la intención con la que aquella voz se separaba de la refulgente luz, se había sentido como un poderoso golpe de tambor en mi corazón.
Y entonces el sonido fue cobrando forma, la forma de una mujer negra, muy musculosa y alta, y cuando digo "alta", estoy hablando de al menos 3 metros, pues casi alcanzaba el tamaño de las puertas que había abierto previamente. Fonéticamente hablando, podría decir que la voz calzaba perfectamente bien con el cuerpo que ahora se manifestaba ante mi con autoridad.
De pronto las ráfagas de viento que había sentido antes también tomaban forma un par de metros por detrás de la mujer, se trataba de un enorme Grifo que se acercaba sigilosamente batiendo aquellas enormes alas de las que supe, provenía el fuerte viento que me golpeaba bajo el arco de la puerta.
No podía creer lo que miraba, froté mis ojos para asimilar que lo que estaba viendo no era una ilusión.
-"Que Ser". Exclamó de nuevo la voz grave de aquella mujer, en ese extraño lenguaje que la inteligencia intentaba traducir para mí.
-So ...so ...soy un ser humano. Salió de mi boca con una voz temblorosa por el pánico.
-OM Mo!!. Exclamó está mujer como si de un grito de guerra se tratara. Vino a mi mente la idea de "Homo" realmente y sentí alivio de creer que al menos habia comprendido que yo era "humana", y escuché casi de inmediato un coro de otras mujeres al fondo de la luz que repetían la misma palabra con el acento muy pronunciado en la primera vocal:
-OM Mo!!, OM Mo!!. Exaltaban.
Para entonces, la potencia lumínica que hacía unos minutos atrás me había cegado, ya me permitía al menos a un 70% observar una masa lejana tras el Grifo, no era sino otras mil mujeres al menos iguales a la primera, sin embargo no tan imponentes.
Pensé que iba a morir ahí, que había abierto una puerta que me había llevado justo en medio de una batalla campal, y no pude evitar decirme a mi misma:
-De todas las puertas, tenías que abrir ésta, Gabriela!!. Con un tono más sugestionado que de costumbre, y luego me resigné, quizá porque sabía que aunque intentara huir, jamás lograria hacerlo a una mayor velocidad que con la que ese Grifo se lanzaría contra la puerta para aplastarme con ella. Así que no me moví.
Era extraño que en medio de aquella visión extraterrestre, yo recordara que había dejado la ventana de la habitación donde dormía abierta, y por un leve instante, pude verme a mi misma dormida en la cama y a la copa de vino que dejamos vacía sobre el alféizar. Estaba cubierta en la base por unos ciempiés más grandes de lo normal que se retorcían y se enrollaban en si mismos como formando caracoles. Recurrí a un movimiento rápido de la mano para quitarlos y evitar que llegaran hasta donde yacía mi cuerpo dormido, pero de inmediato estaba de vuelta en aquel paisaje amazónico de nuevo.
Quizá utilizo la palabra "amazónico", porque para ese instante mis pupilas ya habían absorbido casi el 100% de la luz, permitiéndome interpretar las vestimentas de estas mujeres como una clase de guerreras Amazonas.
Portaban mucho oro que reflejaba la luz y estaban cubiertas de piedras azules muy oscuras ...casi verdosas.
-"Cali ...Formia"!!!. Exclamaron de nuevo en tono de guerra todas aquellas mujeres fuertes, otra vez, así lo interpretaba la inteligencia para mí. De inmediato lo asocié con "California', y me cuestioné: si estaba en California, cómo es que esas mujeres lucían esa apariencia casi selvática.
De un momento a otro, todas las mujeres bajaron de sus respectivos Grifos y seguían mirándome como si yo fuera a ser su próximo bocadillo, o al menos eso me dejaba sentir mi miedo, pero aquella, la primera que vi, se acercó despacio y puso la enorme palma de su mano frente a mi, me cubría por completo en altura e irradiaba una especie de tono azulado.
Creí que me aplastaría de un solo golpe, pero al contrario, estiró su dedo salomónico, tocó con una suavidad casi milagrosa la corona de mi cabeza, y sonrió.
Quizá de verme tan pequeña y débil, quizá de lo extraña que podía lucir ahora mi imagen ante la imagen fornida y gigantesca de sus propios cuerpos, la cuestión es que caí desplomada sobre mis rodillas, porque jamás en todas mis visiones había mirado algo como aquellas mujeres. Había tenido el placer de conocer un Grifo, si, lo recordaba incluso dentro de esta visión, y talvez una versión a tamaño "normal" de unas mujeres amazónicas quizá, pero nada tan enorme.
Era asombroso, y aterrorizante al mismo tiempo, y no tengo la menor idea de por qué durante un diminuto segundo pude visualizar a mi madre diciéndome:
-"No tenga miedo, hija, usted nunca tiene miedo de nada de por sí".
Tampoco podía dejar de pensar que no entendía cómo es que ella me percibía de esa manera, cuando yo misma me consideraba de espíritu temeroso, pero la verdad es que sus palabras me dispusieron y el miedo poco a poco fue siendo sustituido por el mismo coraje que estas mujeres emanaban en forma de rayos azules por sus ojos -que ahora sí- podía notar con absoluta claridad.
-Que locura. No dejaba de decirme a mi misma en el profundo silencio de mi cuerpo, porque no quería abrir mi boca y "herrar" el momento con alguna palabra fuera de lugar, ni siquiera sabía qué lenguaje emanaría de mi al abrir la boca. Igualmente preferí callar y usar mis manos para hacer un ademán de pregunta.
-Estoy dormida??. Quise decir con algunas señas torpes, tan, tan humanas, cuando de repente otra de las mujeres se acercó a mi para mirarme de cerca.
Era tan hermosa como la primera, solo que había menos firmeza en su mirada azul ultravioleta. Y me tocó con el dedo salomónico, en esta ocasión, en medio del pecho, mientras también sonreía.
Y cuando hizo tal cosa, yo sentí como si un rayo me hubiese atravesado todo el cuerpo. Me conmovió todo mi ser, y el llanto brotó de mis ojos, no sé si por miedo, o si era causa de los residuos de aquel efecto electrizante que ese simple, pero poderoso toque, habían dejado en mi, lo siguiente que sucedió es que ellas inmediatamente dejaron de sonreír, y más bien una mueca que intentaba remedar la mia, se dibujo sobre sus grandes rostros.
-"Kri Om". Susurraron, ya sin el tono mandatario del principio. Lo comprendí como un "Cry on" en idioma inglés, y me sorprendía lo similar de ambos lenguajes.
La mujer primera, como si fuese absorbida por la compasión, me empujó de nuevo tras la puerta. Y la cerró de un solo golpe.
Lo ultimo que recuerdo escuchar ya muy distante fue una palabra parecida a "Dios" ...y desperté.
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