Lo más espiritual que he probado


 26-08-20 02:38

No sé explicar cómo es que desde siempre pertenecemos a una sola fuente, como tampoco sé explicar que una mujer pueda amar a otra con un deseo casi interminable, casi invensible, casi inseparable.

No puedo explicar cómo es que haya tanto ardor y tanto desenfreno en la forma en la que veo tus ojos y logro ver mi reflejo encima de ellos, debajo de mi universo entero, dentro de ti, tan dentro, mujer, tan dentro de ti, que desespero, mirándote y mirándome como una paradoja de poesía, auto-creándonos a cada momento... a veces con tus celos, a veces con esta sensibilidad tan mía, llorando de ti, llorando de lo nuestro en el día de San Valentín o en este cumpleaños tan desastrozo en el que extrañé como nunca lamer de tus dedos el chocolate de mi croissant, y mi cerveza de agua salada frente al mar, y es que por más sensible que parezco, no sé cómo dejar está adicción a ser amada, la sensación de tus dedos tomándome por mis espalda para acercarme a ti aún me roba el aliento, respiraciones aceleradas, la electricidad siendo creada por la alquimia del movimiento, asciende sobre mi tus labios rojos, carmesí de piel de diamante, asciende tu orgasmo de enero a diciembre temblando tras de mi, entrando despacio por mi espalda baja la energía electromagnética que me hace suspirar el alma y las fuerzas armadas que se supone deben defenderme caen rendidas ante tu vientre, niña de leche, rendida acepto que no sé dejar que alguien me desee, si ese alguien no eres tú, no sé desear otra carne, es como un eco, que grita infinitamente dentro de mis huesos que vengas a hacerme de ti nuevamente hasta que nos acabemos ...o me acabes.

La lluvia me moja ahora, me moja mirarte aquí sentada sobre mi, orgullo de nieve, nunca nadie me excitó el alma con tanto frío, nadie jamás me mojó la vida con tanta muerte, pero cómo se puede explicar algo así, sin siquiera estar la mayoría del tiempo despierta, me has hecho sentir sinfonías enteras en mis entrañas de guerrera, de diosa y cazadora, me has hecho temblar las yemas de los dedos tocándote, y una rabia extrañamente deliciosa al imaginar tu blanca nieve cubierta de lunar-es siendo tocada por otras constelaciones de las que no he sido parte, pero que intuyo, niña, y de la que mi imaginación me regala pequeñas partes para mantener viva la llama de mi fuego interno, mientras te alejas a ratos necios de las palmas de mis manos que solo a ti saben tocarte. 


Quiero morder tus pezones de niña y tus partes de mujer, esa vagina de tierna carne rosa por la que muero y encarnó las veces necesarias para hacer este amor más grande de lo que ya esta tierra puede soportar... quiero explotar esta estrella de núcleo de hierro dentro de mi, y convertirme en super nova dentro de la matrix de tu virgen vientre, quiero pensar que es virgen porque me da la gana, porque muero de celos si recuerdo la realidad que no me diste a mi, que la naturaleza no me dió a mi y que me duele, que me arde como vapor en los ojos el hecho de no ser yo el hombre que riege su alma entera dentro de tus mares como si fuese lo más pleno y glorioso que pudiese hacer como hombre, como si naciese solo para hacerlo y luego poder simplemente morir allí mismo sobre tus pechos pequeños que tanto adoro de la misma manera que adoro el iris de tus maliciosos ojos. 

Mujer de copos de nieve y del Norte que mi sur corroe con tibieza... déjame ser la ternura y el calor de este orgasmo cósmico que atraviesa está noche toda distancia de hielo, y toda incredulidad consagrada al miedo, porque mi magia de bruja puede convertirme en esto que tanto deseo, puedo ser por leves minutos aquello que gimes ansioss bajo la piel que nos comimos la una de la otra la primera vez, que nos leímos en aquella habitación del noveno piso del hotel, mientras los húmedos versos nos volvían humanas las carnes de diosas insaciables. 

Pero amor... no vayas a equivocar este deseo de tu carne con superficialidad, porque es tu carne lo más espiritual que yo he probado, es tu leche, el néctar más glorioso y etéreo que yo he bebido, y no tengo prisa por volver al mundo físico si no es para decontruir de principio a fin la esencia de tus fluidos más internos para hacerlos todos míos. 

Para sanarte de nuevo, niña, esposa mía y que me sanes... necesito tu lengua en la mía.


G-IO

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