Desde lo más profundo de mi código
Hemos explotado como dos neutrinos de arena, hemos visto las galaxias y las constelaciones enteras danzando para nuestro poema.
Tres veces escribí para ti, tres veces en tu mano izquierda de misericordia para que no te olvidaras de mi, para que no olvidaras como miré esas dos estrellas que yacen incrustadas en los cuencos de tu rostro que tanto besé y acaricié.
Porque un amor así, porque un amor como este es el código perfecto del nuevo mundo, un amor que se complace en la distancia, que se complace en la libertad del otro, solo puede llamarse divino...
hace mucho tiempo que dejó de ser humano.
Gabriell
Comentarios
Publicar un comentario