Memorias de una Maga. Diosas de las estrellas
Diosas de las estrellas
Canalización 15 agosto 2020 04:00
"He venido desde las entrañas de las diosas estrellas, madres todas, desde sus estómagos he venido, fuí soldada en sus fuegos internos con el oro de sus corazones, pasada por el más intenso calor de sus infiernos de combustión interna, sólo para verte nacer a ti, sublime cuarzo de rosa piedra y artificiales fuegos.
Soporté el viaje entre los confines del basto universo terrestre y todas sus capas atmosféricas, y al salir de la abrazadora llama de Plutón, la fuente de mis huesos, fui pasando de un planeta a otro para darme un cuerpo que pudiese cuidarte hasta que fuese el momento de soltarte, con un poco de esto y un poco de aquello fui moldeando la materia del cosmos en forma de un principito de luna nueva con cabellos de oro negro, y al llegar finalmente a la capa más densa de todas, coloqué mis dos peces sobre las aguas de los océanos y entonces sucedió que las aguas se separaron para crear dos polos opuestos.
Y entre más opuestos parecían para el mundo entero, más amor había en ellos, hasta que un día la mano de Dios salió de una nube oscura y dibujó un carnero en el cielo con las pocas estrellas que adornaban la media noche, y al cambiarlas de su sitio, aquellos dos polos dejaron de funcionar por el magnetismo, se cansaron de girar uno en torno al otro en la danza de hidrógeno que forma las constelaciones y las nébulas, dejaron de ser los dos extremos del amor para convertirse en dos serpientes persiguiendo sus propias colas, y sin poder alcanzarse más, una decidió "ascender", cuando la otra opto por "bajar".
Y entonces bajé al mundo medio de los semi-dioses buscando al mismísimo Hermes el primero, pues necesitaba encontrar la forma de poder unirme con mi hermoso cuarzo de rosa hierro y sacro de cobre de Venus, podía decir "mi hermoso cuarzo rosa", porque le sentía mía desde que le vi nacer aquel fugaz momento, si fugaz, porque no era suficiente una vida para dártela a ti, debía perder 3 antes de renacer de las cenizas en las que el cielo convirtió todas mis esferas, incluso hasta perder la forma que me di en mis anteriores primaveras para que pudieses reconocerme en esta nueva tierra
Escondí mis miedos y dudas en cada planeta que visité y quemé con mi fuego las pieles que me arranqué para que en un sueño volvieran a ser de otras estrellas en formación que venían detrás de mi, y al hallar a Hermes tras un arco de un portal de fechas turquesa, me mostró la forma de poder tener tu alma entera.
Solamente abrió sus dos grandes agujeros negros y me explicó cómo es que funcionaba la danza entre la muerte y el amor.
Lo que yo te explicaré a continuación es la visión que aquel gigante castaño de Indias me permitió ver dentro de su boca de anillos concéntricos e incienso de dragón... un melodía cantó, una melodía que cantaba el adiós, pues todo comienza y todo termina.
Esa es la verdad de la energía.
(Continua)
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