Caribe 29.7.24. La Jerusalén dormida
Escuché la palabra "ladrón" por primera vez en 1989, cuando tenía 6 años, era la primera clase de la catequesis católico romana, y la profesora habló de dos ladrones, uno a cada lado del Salvador Jesús el Cristo.
Dijo que podíamos hacer un dibujo de esa imagen, y yo la hice, desde un ángulo trasero dibuje 3 cruces, la del centro un poco más grande que la de las polaridades, en cada una se notaba a penas los leves rasgos de 3 hombres sin nombre al parecer, porque desde atrás no se miran los nombres, ni los rostros, ni el color de la piel.
Yo fuí expulsada de la clase, vista como una niña rebelde, o loca en todo caso. Quién hace eso, me preguntaba, quién dibujaría una escena tan pura desde una vista trasera, es vulgar, una violación a las normas de artistas romanos, y sus cánones de perfección.
La verdad es que no intentaba ser rebelde, solo tomé el camino fácil, creí que obviar la materia era lo evidente, dibujar un rostro es difícil si no estás viendo de alguna manera a la persona, y mucho más si no conociste a la persona que portaba ese rostro, si no conociste al humano, cómo podría dibujar un rostro lleno de dolor y darle esa personalidad a los ojos necesaria para que te evoque empatía, como calcar a la vida, como dibujar unas cejas, una la nariz ...esos labios color rosa pálida que hablan sin decir nada, no puedes inventar algo así de no haberlo respirado.
Cómo podríamos inventar un alma, cuando el alma es el agua que se carga con las experiencias de la rueda, que vuelca la cruz hacia la "equis", mutada de palabras o mutada de acciones y con todos esos recuerdos en los nervios sigilosamente guardados, neuro-tóxicos olores que nos gobiernan el cerebro,
tan metafórico ...tan metálico ...tan etérico.
Cómo puedes engañar a un gas, incoloro e inoloro que está en todas partes al mismo tiempo??
Cómo podrías inventar un rostro que no haya respirando miles de emociones juntas en un mismo cuerpo, cómo tomar una sustancia sin perder la cordura por un cuadro sin emociones, no somos naturaleza muerta, me abriré a todos los posibles colores y seré yo quien decida hacia adonde estará mi norte, de qué color mi luz y de qué sabor mi nuevo nombre.
Y por primera vez quiero usar mi corazón como una quimera, mitad león y mitad águila, quiero conectar mi fuego a la tierra, con hilos de agua y con etérea transparencia ...quiero poder doblar el aire en mi cabeza.
Tengo la certeza de no ser princesa, pero dejaré las espinas por si el dolor regresa con sus amenazas de primavera, encenderé el violeta a través de la descendencia a mis raíces, y reconoceré todos y cada uno de mis micelios, cada fractal y cada filamento de ADN en nombre de mi linaje perdido.
Tengo corteza, ramas, hojas, flores, frutos, semillas que acabarán siendo árboles de nuevo, semillas que parecerán caídas del cielo para los que jamás habían mirado "arriba" su prodigioso presente, con una carta llamada "El Mundo" damos por concluido el círculo.
Solo el sol del atardecer te traerá el tiempo de vuelta, el follaje de los amores que debieron ser, las semillas de han magnetizado ahora, pronto volverán a nacer, mientras nosotros nos abrimos los pulmones para inhalar lo que aún no es.
Que venga el oro de vuelta ...que el oro que nos fué robado vuelva a emerger de las profundas grietas, que de Marte he de atraer todo nuestro poder de guerreras, más ahora con distinta perspectiva de la sangre, también con un Aire de Dorado adquirido en la exhalación constante.
Que sean tu Sol los ríos de oro de las calles de mi Jerusalén dormida, ven a mi, ven alma mía, desenreda el nudo de mi pecho con tu espada, con tu lengua, o al menos con tu torpe osadía, y serás la única mirad a la que no pintaré más que dormida, entre el blanco perla y el azul añil, entre estrellas fugaces y eclipses de sangre, entre serpientes eléctricas y una playa sin nombre ...ya no te esperaré despierta.
IO
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