Caribe 33. La niña de las estrellas
Caribe 33. La niña de las estrellas y las velas
Una noche durante una luna nueva en Puerto Viejo, di un paseo por la arena, tratando de encontrar un sentido consciente a ese embrollo de la mente y la consciencia, y es que la mente puede envolver un tema, con tanto hilo que parecerá un capullo, suelto y pleno como un sol de verano, soplando pasión en cada susurro.
Esa clase de ardor y de pasión fué lo que me dejó el amor en las venas, una estela de destrucción, pero también de lecciones ...oscuras y claras lecciones. Ahora sé de lo que todo quello se trataba, ahora sé lo que la muerte escondía bajo la manga de las adivinaciones ...esa probabilidad anormal y loca de amar algo más que tu propia vida.
Esa clase de profundidad y de magia me dejó este amor en las neuronas grises, en las pupilas de niña triste, en los atardeceres de naranja mecánica, de rosa pálido, y de especulaciones.
Qué tipo de ruido son tus últimas lágrimas que aún permanecen congeladas en mis memorias, junto a la pregunta que siempre fué y que siempre ha sido:
Cuándo se irá ese espíritu del pasado de mis visiones?
Cuándo recordaré quién era ese espíritu verdaderamente, o verdaderamente es quien me mostró que era, quiero saber lo que aún no escucho, y escuchar lo que aún no veo, saber en las manos de quién vendrá el amor luego, luego de tantas huidas mías en ese papel de Romeo.
Quiero saber qué hay ahí para mí, entre la imaginación de una nostalgia que no deja a mi León rugir con rabia la fuerza innata, y de pronto tiene un sabor a chocolate y macadamia, a café de la mañana y todas las palabras hirientes que aunque suene a excusa no venían de ti.
Una pasión tóxica le impregne al amor, porque un amor asi vuelve loco a cualquiera, es como una neurotoxina, pensaba mientras miraba al mar acariciando plácidas arenas, creamos una neurotoxina nueva, más terrenal que la de Jesús y Magdalena quizás, una que aún no descubre la ciencia, una que ni yo misma reconozco entre tanta pelea, pero que logro ver a la distancia, la distancia que ahora ya no es casi nada, casi como una presencia que brilló por haberse ausentado, y un velo que hoy, de arriba a abajo se ha rasgado ...ni si quiera una nota en la mesa de al lado me había dejado ...cuánta frialdad tenía esa alma mía, y cuánto desamor había cargado.
Más si dejo algo atrás, una pregunta, una que traducir de sus carnosos y rosados labios, una pregunta que quizá otro corazón le contestará en el silencio de su presente, y solo eso le pediré a este nuevo sol que será eclipsado por otra Luna:
-"Dime Sol, sí seré sostenida en un Do mayor hasta su costilla de barro y agua, dime se seré el breve y sutil "Si" de su guitarra, hasta que viaje la historia del pasado en las nuevas canciones, lejos de los dioses que ya nos olvidaron y a los que una vez usamos para abrigarnos las estrellas y los corazones.
Y volveremos entonces ...de las cenizas.
IO
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