Visión 10.2.25. Los Halógenos azules: el Origen
Visión 10.2.25. Los Halógenos azules: El origen
El subconciente me ponía dentro de un paisaje hermoso, no sabía con exactitud donde era pero lucía un poco árido, recuerdo caminar un poco de tiempo entre aquel páramo, no sé cuánto pasó hasta que llegué a una zona donde comenzaba a asomarse vegetación de entre un gran cañón circular, así que empecé a cambiar hacia ese lugar.
Cuando comenzaba a acercarme al borde de este cañón para observar lo que había "abajo", escuché una voz que provenía desde atrás de mi cabeza, al voltear a ver de quien provenía la voz, pude observar un auto, como de clase militar, parecía casi un tanque de guerra, incluso más grande, y una mujer rubia dentro del auto, mirándome sería y fijamente, volvió a decir:
-Ya no estamos en verde, niña.
Y estiró su mano hacia la manija de las luces tras el volante, y encendió los halógenos del auto, que poco a poco a poco fueron pasando de verde hacia un azul intenso. Esta fue una clase de señal para que una lámpara gigantesca que se encontraba tras el tanque, la cual yo no había percibido antes, se encendiera también, y fuí viendo como despacio, como si de camara super lenta se trataba, halógeno por halógeno incendiaron aquel gran círculo de luz con el mismo color azul intenso que me presentó la misteriosa mujer desde el auto.
Entonces el resplandor me hizo voltear de nuevo hacia el cañón circular que antes quise observar en su interior y este se había iluminado por completo con el reflejo de aquella gigantesca lámpara, pero solo al momento de que está luz fuese proyectada por un gran espejo que reflejaba la luz en dirección a la zona interna del cañón, haciendo posible que la imagen que miré a continuación fuese completamente visible ante mis ojos, que aún estaban incrédulos ante tal visión, ni siquiera me siento en el derecho de intentar explicar con palabras lo que miré allí "abajo" ...no podría.
Al instante la mujer estaba a mi lado derecho, mirando conmigo aquel paisaje difícil de creer, no podía ni siquiera hablar, ella tampoco habló. Solo me dió una botella con un liquido azul dentro, que no sabía para nada a agua, y comenzó a avanzar hacia dentro del cañón, dirigiéndome por entre una espesa clase de vegetación iridiscente y fluorescente.
Cuando intenté mirar hacia arriba para ver cómo lucía la luz reflejaba por el espejo, la luz me dió tan fuerte en los ojos que me cegó ...y desperté.
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