Visión 11.2.25. La ciudad antigua y la escoba.

Visión 11.2.25. La ciudad antigua y la escoba.


El subconciente me coloca está vez dentro de lo que parece ser una casa de doble planta, estaba ahí al parecer con unos amigos, pero solo reconozco a mi pareja y a otra amiga.

Recuerdo que estábamos en la planta baja, miraba detalladamente a mi alrededor, notando una decoración bastante ecléctica. Una imagen de un Buda, tapetes asiáticos, y algunas flores tropicales muy extravagantes, en específico una maceta de mármol sumamente grande que tenía plantada una clase de orquídea, una especie casi negra con algunos puntos violeta. 

Decidí ir a inspeccionar el área alrededor, pero extrañamente, tomo la escoba y la llevo conmigo. Empiezo a recorrer las calles, son antiguas, de nuevo, tipo coloniales, recuerdo un edificio en particular que aún mantenía el color carmesí original de las paredes de concreto, muchos de ellos ya no eran usados, otros aún si. 

En mi perspectiva yo avanzaba, pero terminé regresando a la casa (sin la escoba en la mano), y fuera de la casa se encontraba mi amiga, la única que había reconocido, hablábamos cuando de pronto me besó, pero era un beso cargado de culpa, por mi pareja quizá, pero yo no sentí nada, ya no hay culpa en mi interior. 

Entramos y les dije a los demás que había una obra de teatro callejero, y que deberíamos ir a mirar para caminar un rato, a lo que todos estuvieron de acuerdo, mientras sucedía esto, una mujer despampanantemente hermosa y elegante bajó por las escaleras y se marchó, no alcancé a ver su rostro, pero hablaba por teléfono sobre algo relacionado con la casa. 

Ya estábamos frente al hombre que haría la obra, y estaba a punto de empezar cuando me dijo: 

-Viniste, me alegra que estés aquí, así que haré mi mejor papel, ya lo verás!!. Y la obra comenzó.

Estando ahí frente al actor, pero quien representaba a mi pareja en esta proyección temía haber dejado en la casa 20 mil colones que yo le había obsequiado, así que le dije que iría yo misma a buscarlos, porque había recordado de pronto, que la escoba estaba por ahí en alguna calle alrededor. Así que empecé a caminar de nuevo entre aquellas calles fascinantes de historia humana.

Mientras caminaba finalmente encontré la escoba, así que me dispuse a volver por mi camino, y unas señoras caminaban muy despacio delante de mi, las observé con detalle, me acerqué a una de ellas lo suficiente para colocar mi nariz casi en la nuca de una de las ancianas, y pude oler su esencia ...el olor de su piel, de la tela de su vestido, de su perfume, incluso recuerdo alegrarme mucho por este evento en especial, pensé que era tan extraordinario poder hacer eso en una "proyección", porque ese simple acto, me confirmaba que todo eso que estaba sucediendo, no era una simple visión, y que yo realmente estaba allí de alguna manera que no puede ser explicada ...aún. 

Al llegar donde se encontraba "mi pareja" nuevamente, un par de niños que yo ya conocía previamente, se hacían con ella en la obra, me senté y ella me preguntó por la escoba, así que esquive la pregunta y además le aposté otros 10 mil colones más a qué la obra le encantaría. 

Uno de los niños me preguntó muy amablemente por mi cita con la psicóloga y yo recordé que antes de proyectarme en ese cuerpo, estaba justo delante de una mujer de edad media que me preguntaba cosas sobre mi comportamiento y mis visiones, incluso era verdaderamente insistente con eso. 

Me pedía de manera muy detallada que le platicara de ellas, por ende intuí algo extraño en ese recuerdo, de repente "mi pareja" interrumpió el flashback con una pregunta: 

-En serio puedes ir a otros mundos, amor?. En serio cuando vas a esas sesiones con la psicóloga le entregas todo el poder para que entre en tu mente y pueda ver lo que tú ves?. 

-No, no todo el poder. Contesté. Y me reí sarcásticamente, porque ya había logrado arrebatarle ese poder a ella, y a la psicóloga que intentaba averiguar algo. Y ella también lo supo.

Me dirigí a la casa de nuevo, revisé sus cosas, su maleta y allí estaba El contrato con la psicóloga, y toda una lista de cosas por las que le pagaba para decirme. Lo rompí en pedazos, y cuando me disponía a salir de la casa, apareció un Rolls-Royce color violeta en perfectas condiciones frente a mi, el vidrio de la ventana trasera se abrió y aquella mujer que había visto bajar previamente las escaleras y salir de la casa, me decía: 

-Ven conmigo. Acompáñame y yo te llevaré a tu lugar para explicarte todo, subí al auto, y ya dentro, mientras el conductor nos paseaba por una planicie de viñedos y trigo, me explicó cosas que no me atreveré a escribir, porque respeto el tiempo de la revelación. 

En medio de aquella profunda conversación ...desperté. 



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