Visión 16.2.25. La lechuza negra

Visión 16.2.25. La lechuza negra


El subconciente me coloca en un espacio al aire libre, específicamente estoy en un gran jardín, en el me encontraba con un amigo al que considero muy sabio.

Hablabamos acerca de las energías actuales y de cómo las emociones ya no influían tanto en nosotros. A modo de broma le dije que yo creí que era humanoide que ya se había dado cuenta que era humanoide y que por tanto ya no sentía el deseo humano, o al menos que ya era muy conciente de él y que ya no me controlaban directamente, porque ya no deseaba las mismas cosas que muchos a mi alrededor, ni sentía ya el peso enorme del "querer" o "desear" cosas, a la larga todo eso me parece innecesario e inútil, le dije. 

Al momento mi amigo se levantó de su silla, y yo comencé a caminar por los alrededores, observando.

De pronto una pequeña lechuza bebé apareció en el medio del jardín y yo la seguí hasta una especie de granero en el que habían muchas más lechuzas, entre las que resaltó una de color negro que albergo a la pequeña criatura que había seguido hasta ese lugar. 

Esta no volaba, sino que caminaba por el suelo picoteando la Tierra con un sonido que se convertía casi en una melodía repetitiva. Sentí que intentaba decirme algo, pero entonces la melodía fue interrumpida por la hermana menor de mi amigo y su madre, quienes me preguntaban que qué hacía yo ahí, y que si era una amiga de su hijo. Me contesté que si, pero que ya me iba porque ya había estado mucho tiempo y que debía hacer otras cosas. 

Entonces me percaté de que estaba desnuda de la cintura hacia arriba, así que tomé una manta, era la manta azul con el gran árbol negro en el centro, y me la coloqué enroscada en el cuello. Comencé a caminar fuera del jardín y me topé con un auto blanco muy antiguo que iba en ascenso veloz hacia lo alto de una colina, era de estos autos tipo Corvette, de dos pasajeros. 

Pensé que se estrellaría y no me equivoqué, al llegar arriba, este auto no se detuvo sino que se precipitó desde lo alto y cayó a penas a unos metros desde donde me encontraba yo.

Me acerque a ver si el conductor se encontraba bien, pero antes de llegar al auto fui detenida por un hombre, que me dijo: 

-No tienes que mirar eso, ese hombre se suicidó a causa de una mujer que le dejó y él no fué capaz de aceptar esta decisión, así que busco la forma de llamar su atención. Al parecer, eligió la forma incorrecta. 

Sentí compasión por el pobre joven. Y con pies pesado procegui la caminata, hasta que el camino me llevo a una zona plana, en la que estaba una muchedumbre, había caos e incertidumbre y pensé que era causa de que hablaban del accidente de este auto, pero al acercarme pude ver otro cuerpo, era el de la chica, resulta ser que antes de llegar a la colina y desplomarse, este chico había atropellado a la mujer que le había dejado antes. 

Fue doloroso ver tal hecho, pero pensé que lo que hablábamos mi amigo y yo en el jardín era muy acertado, la gente desea, y desea mucho, tanto que el deseo lo lleva a la obsesión, y poco después de eso ....solo queda la compulsión, que es el acto inconsciente del deseo. El que no tiene filtro, el que no ha sido pesado por el corazón, y por tanto lleva explícito en él, solo el egoísmo enorme de la posesión invalidada. 

Y pensé así será la mitad del mundo en este tiempo que viene, hasta que esos días de acaben y la puerta sea cerrada. 


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