Visión 24.2.25. Energía Sacral: Es Recordar
Visión 24.2.25. Energía Sacral. Es RECORDAR
El subconciente me coloca en casa, estaba con una gran amiga, y ella me decía:
- "Estoy cansada, Gaby, vámonos a la playa a hacer algo diferente".
De pronto estábamos "volando" como en una clase de alfombras que flotaban sobre una gran corriente de aire que nos llevaba a "esa" playa.
Nos fuimos a vivir a una casa compartida con otras amigas que ya estaban ahí. A mi amiga ya la estaba esperando un chico en la sala y ella me dice que ya se va a ir a trabajar, le pregunté que adónde había conseguido un trabajo tan rápido, entonces el chico me respondió:
-En mi restaurante. Y hay una vacante en la cocina para una chef, por si la quieres.
-Claro!!. Le contesté. Pero tengo que hacer unas visitas de Reiki primero. Realmente me sorprendió lo rápido y correcto que fluía todo en cuanto me moví hacia mi dirección.
Me dirigí hacia el lugar donde sería mi sesión, era la casa de una clienta que en apariencia ya visitaba con frecuencia, de hecho recordé la casa, ya había estado allí antes. Una mujer de unos 50 años, pero bastante conservada y elegante me esperaba ansiosa para la sesión, otras dos mujeres de edad parecida se despedían de mi clienta, al parecer eran pareja, pero solo una de ellas se dirigía a mi.
Comprendí con lo que me decía que también hacía una clase de "sesiones" a la mujer que yo visitaba, solo que eran más avanzadas, y que por la parte del camino que llevaban recorrido hasta ese momento, ella sentía que debía quedarse a ver lo que yo haría.
La sesión comenzó y yo me sentía bastante incómoda de ser observada, la verdad. Pero intenté hacer lo que de costumbre hacía, mi clienta se acostó en una especie de sofá que se encontraba en la sala de la casa, yo me senté en la orilla a la altura de sus caderas y coloqué mis manos en su bajo vientre cuando de pronto las visiones comenzaron a llegar.
Eran muchas visiones y muy seguidas, casi no podía interpretarlas, entonces mi rostro comenzó a expresar angustia, la mujer que me observaba me dijo que me tranquilizara, que debía entrar primero yo en paz para poder canalizar. Entonces mi clienta abrió los ojos y con sus dedos puestos en las comisuras de mi boca intentó forzar mi expresión hasta lograr que yo sonriera.
Volví a cerrar los ojos y mi clienta también, y entonces un hombre mayor, anciano, apareció. Me decía cosas que salían de mi boca, pero su propia voz atravesándome, dijo:
-"Por qué me has abandonado, hija, porque te has olvidado de tus raíces, de lo que eres, de lo que te enseñé. Por qué actúas como si no te importara nada, y sonríes todo el tiempo, pero en el fondo realmente quieres llorar. Sé que te duele, pero eres incapaz ya de expresar tus propias emociones, solo finges ante la gente una felicidad vacía. Vuelve a ti ahora, porque solo así podrás volver a ser fértil".
Sacudí la cabeza y tosí intentando aclarar mi propia voz de nuevo. Pero el hombre continuaba hablando.
-"Olvidaste que estás en este mundo, pero que no eres de él, quieres servir con muecas a otro padre que no es el tuyo".
En ese momento la mujer que me observaba puso sus manos sobre las mías, me dijo que no las quitara de sobre el vientre de mi clienta, y que siguiera hablando.
De nuevo el hombre quiso continuar, pero se abstuvo.
No pronunció más palabras.
Mi clienta se levantó grotescamente del sofá, evitando escuchar más de lo que ya había escuchado. Así que la observadora me dijo:
-Dejala. Es imposible que escuchen cuando ya no quieren hacerlo. Déjala ir. Y luego me tomo de la mano y terminó agregando "ven camina conmigo".
-Eres buena en esto, pensé que no podrías hacerlo. Noto que has tenido buenos maestros. Sabes escuchar otras lenguas, eso va a ayudarte mucho. Me dijo en un tono muy suave.
Noté que de cerca nos seguía su pareja, y también noté que ya la conocía de antes, que en otro tiempo habiamos sido pareja. Pero a esta mujer que me hablaba no parecía importarle eso.
Me dijo que ella podía guiarme en ciertas cosas que parecía que yo aún necesitaba comprender.
Y le dije que si. Se ofreció a llevarme al lugar donde iba a trabajar, así que subimos al auto y de camino me dijo que yo ya había estado allí y que allí ya había conocido a la que sería mi compañera, pero que todos esos recuerdos irían llegando con el tiempo.
Entonces ella tocó mi mano izquierda mientras conducía, y de inmediato una serie de flashback de esa vida comenzaron a pasar por mi mente a una gran velocidad, de nuevo casi no podía captar nada, pero ví una mirada, ví unos ojos, y entonces ...recordé su rostro.
Desperté.
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