Visión 10.3.25. "La lanza de Ignis": la Ascención de la energía Femenina

Visión 10.3.25. "La lanza de Ignis": la Ascención de la energía Femenina

Me encontraba a las afueras de una ciudad, según el subconciente es algo similar a un desierto, vuelvo a analizar la arena en mis pies, y recuerdo a mi inconsciente lo que la arena es, luego veo a esta mujer a mi lado que sostiene una clase de cuaderno y escribe en el apresuramente. 

-"La mujer es superficial, es la energía que se encuentra en la periferia, aunque nos hayan dicho mil veces lo contrario, la mujer ya tiene integrado en ella el corazón/núcleo de la Madre Tierra, por eso segregó al hombre a la frialdad del exterior, a sus limites externos, se dedico a "verse" bien por fuera, para "cubrir" la energía negativa de su más profundo centro. Y es por eso que para muchos ir ahí, ir al centro es homólogo de ir a un infierno, porque el corazón/núcleo de la Tierra es de carácter negativo POR NATURALEZA -me decía está mujer- con un tono muy neutral. 

-"Es una negatividad que se va perdiendo solo con el tiempo, con la experiencia y la madurez de las situaciones. 

La energía Femenina habla de retomar el auto-control de todas nuestras glandulas internas.

Venimos de un periodo en el que se le dió muchísima importancia a los llamados "órganos", que podríamos catalogar de polaridad masculina, y por ende, olvidamos por completo que cada órgano tiene un complemento de polaridad femenina que requiere también de nuestra atención y balance". Acabó diciendo. 

Y de pronto ví a mi hermana dentro de un autobús que se estacionaba justo enfrente de nosotras. Y le dije a esta mujer que ya debía irme, pero ella puso su mano enfrente de mi, como deteniendome y ella en cambio fue la que subió al utobus primero. 

Desde el interior del autobús externó: 

-Mmmm... Si, ya veo, puedes irte en este autobús, pero el problema es que no tiene lado femenino, de igual manera puedo acomodar a los hombres que van aquí ...ellos son manipulables, así te podrás ir sentada al lado de tu hermana. 

Yo no comprendí eso de que el autobús "no tenía lado femenino" ...pero recuerdo que de inmediato mi deseo de subirme a un bus sin lado femenino, no me hizo mucha gracia, entonces desistí de la idea de subir. 

Empecé a caminar por la arena, que a pesar del sol que había, extrañamente no estaba caliente, o yo no sentía el calor en esa proyección, así que me aventuré a alejarme un poco más de donde estaba previamente y mientras caminaba un hombre (como una especie de vendedor en turbante) me dijo: 

-Toma canela, está especie te va a ayudar a que te desinflames las glándulas de las que te hablaba la mujer allá atrás. Es la medicina que nos dieron nuestros dioses. Y es café.

-Café? -Pregunté, con duda- te refieres al color o a qué ustedes la toman como nosotros tomamos el café.

-El café de ustedes realmente es rojo, lo toman cuando está rojo, lo café debe de ser café, es lo lógico. Argumento el hombre.

Así que me retracte sonriendo. Tienes razón -me dije- es como llamar cómoda a la cómoda, cuando lo cómodo es la cama. 

-Pues si -dijo el hombre- la semántica de tu cultura es muy extraña, no hay coherencia en lo que dicen o en lo que hacen. Pero veo arena en tu corazón -aclaró- y esa arena va a convertirse en un cristal el día que le caiga un rayo. Y soltó una gran carcajada.

Extrañamente comprendí la analogía. 

-Azul ...azul -verdad?- me hace falta aún más azul. 

-Si quieres comprenderlo, ya lo hiciste -afirmo el hombre- la lanza de Longino es la compasión, aunque muy pocos lo comprendan aún. Es la compasión de un hombre por otro hombre que moría lentamente por una inflamación del corazón masculino, así que lo sangró con una lanza de oricalco que previamente había cubierto de oro, pero el oro en aquel entonces era azul turquesa ...se le llamó "Cooper". -Eso también lo comprendes?- me preguntó aquel hombre con el rostro ya recompuesto por la neutralidad. 

-Si, lo comprendo -le respondí- Ignición, de eso se trataba. Ese hombre que murió era "aqua" y el que renació con la lanza Sagitariana ...era "Ignis".

Y desperté