Visión 2.4.25: El Origen

Visión 2.4.25: El Origen


El subconciente me proyecta una especie de campamento en el que me encontraba con muchos astrólogos, leiamos las cartas e interpretábamos.

Nos enseñaban a algunos a preparar una especie de hidro-miel y nos resaltaban el valor de ESPERAR a qué la miel madurara a su tiempo. 

En eso apareció un animal en la sala, caminaba muy despacio, como observando todo con mucho cuidado, supe de inmediato en mi alma que aquel animal de poder era mi totem en ese temporal espacio.

Se trataba de una especie rara de camaleón que tenía colores intensos amarillos y verdes neón, pero de pronto, este pequeño ser, se fué transmutando en algo más grande ...hasta llegar a la forma de un dragón blanco iridiscente, casi de mi tamaño.

El dragón me pidió entrar en una tina de baño con él, y cuando ya estábamos ambos dentro, soltó en el agua su orina. Recuerdo que esta sustancia me ardía mucho en la piel, pero él aseguraba que aquello era bueno para mí, que me estaba dando la fuerza que necesitaba para la siguiente etapa. 

De pronto tuve la leve reminiscencia de aquella distante mujer, como si estuviese allí ...abrazada a mi, pero a la vez muy distante. 

En ese instante me percaté de una melodía que sonaba muy sutilmente, pensé que era parte de la reminiscencia, pero el dragón me dijo que no, que estaba en ese mismo lugar, así que quise enfocarme en ella, pero no logré identificarla. 

Cuando ya me encontraba completamente hallada en la tina, y habiendo olvidado que aquella sustancia me provocaba un ardor intenso, otra reminiscencia llegó a mi. Se trataba de un atardecer, una picadura de escorpión y arena blanca, tibia que se evaporaba con un sol rosa, la miraba ascender despacio formando líneas tan delgadas como hilos hacia el cielo.  Y de nuevo, pensé, me suspendí del medio que me sostenía y supe que aquellos hilos eran conductores, finos conductores que cargados de materia, retornaban a su respectiva estrella atraídas por su composición química.

-Puedes verlo?- preguntó el dragón. -Si- le contesté aún ensimismada por la visión. 

-Esa es la substancia del tiempo, niña, se va y luego regresa en otro estado. Está imantada por su origen.

-Cuál es su origen?- pregunté.

-El mismo que el tuyo- respondió el dragón. Y mis ojos se llenaron de lágrimas, pero mis lágrimas también ascendían como la arena. Sorprendida, le pregunté al dragón de nuevo -ellas también están regresando a su origen?, adónde estamos entonces, porque creí con certeza que mi origen era la Tierra, pero si mi substancia estaba yendo hacia "arriba", es porque nosotros estamos "abajo". Estamos regresando entonces al lugar que nosotros habíamos estado antes de nacer?- pregunté.

-Estás en el Origen, son tus lágrimas las que están lloviendo ahora ...y algún día regresarán a ti, su origen ...pero en otra forma. 



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