Visión 1.5.25. La Nueva Luz
Visión 1.5.25. La Nueva Luz
El subconsciente me hace viajar a un espacio íntimo, parece ser una casa antigua, pero muy bien mantenida en el tiempo, está casa se encuentra sobre una montaña alta, me ubico en medio de la sala principal, una gran sala abierta hacia el exterior, desde la cual puedo observar hermosos jardines externos y un océano cristalino y lejano que ostenta el color turquesa.
De pronto una mujer sale de una de las habitaciones y me dice que ya debemos irnos, esta algo apresurada empacando y llevando cosas a un auto que se encuentra estacionado afuera de la casa.
Le intento decir que no hay prisa, pero la verdad es que quiero observar más el océano, consecuentemente otra mujer sale de otra habitación, y otra de la siguiente y así, en orden aparecen 4 mujeres en el espacio, y en menos de un minuto éramos 5 mujeres contando conmigo, en medio de la gran sala.
Todas están de acuerdo en que ya nos vamos a ir, cuando una de ellas con mirada pícara, se acerca y me empuja a una salita alterna a la que nos encontrábamos, ella me dice en voz baja, que solamente me apresure a despedirme.
Doy unos pasos para bajar un desnivel hasta unos sofas en forma de círculo alojados en una pequeña y acogedora salita de reunión que es la antesala de las habitaciones, tiene unos sofas cubiertos de telas y cobijas con tejidos étnicos, casi astrales. Unas lámparas de canfín como de estilo hindú alumbran tenuemente el entorno con vagas escenas de luces que adornan las paredes y el cielo en todos los colores y en todos los tonos de los vidrios que las recubren.
Y luego al final de la pintura ...un hombre, un hombre que se dibuja a contraluz en el fondo de la estancia. Está sentado con una camisa blanca y fresca de lino sobre uno de los sofás. Siento que me estaba esperando toda su vida allí.
Es joven y muy hermoso, posee una energía bastante relajante, y me sonríe en cuanto me ve entrar, me señala el asiento a su lado y yo en seguida lo tomo, no me dice nada ni yo tampoco emito una palabra, solo nos sentamos en silencio observando el infinito horizonte, y entonces me dejo llevar por un "empujón" interno hasta su pecho.
Recuesto mi cabeza en él y siento su suave barba acariciando mi cabeza, me abraza y me dice sonriendo después de la pausa de silencio:
-Todo estará bien, habrá un tiempo de oscuridad entre nosotros, pero veremos una nueva luz pronto, -ya verás- y entonces me toma la cabeza y me besa suavemente en los labios ...tan suavemente que parecía como si hubiesen sido hechos para mí desde siempre, entonces en mi interior surge un deseo; que esta serenidad y este tibio fuego que siento dentro de mi pecho en este momento, no se apaguen nunca.
Siento amor en mi corazón, mucho amor por ese hombre, y siento dolor de tener que irme, pero confío plenamente en que lo volveré a ver, algo igual de sereno dentro de mi mente me dice que ese reencuentro ya está escrito.
Así que le doy un último, pero largo beso, me levanto del sofá y le digo que me dé su número, él me lo da, intento escribirlo en la tapa de un libro que llevo en mi mano, pero es imposible, no logro anotar más que los primeros 4 dígitos, no recuerdo los siguientes 4.
Después de mis intentos fallidos de escritura, me alejo buscando la salida. Mientras me alejo de la casa en la que desperté, puedo observar otra casa adjunta, imaginé que serían los cuidadores que siempre viven al lado de la propiedad principal.
Observo una clase de tejidos colgando de las paredes y de los techos, como si fuesen obras pequeñitas en puntada de cruz.
Una señora sale del interior de aquella casa viejita, y se despide de mi con mucho cariño, le devuelvo el sentimiento y con un leve dolor en mi núcleo interno continúo alejándome hasta el auto donde me esperan las otras chicas.
-Te entiendo, pero nos estás atrasando -expresa una de ellas- solo te perdono, porque él es demasiado hermoso en todo el sentido de la palabra, hermana. Imagino que debes sentirte muy triste por tener que dejarlo un tiempo.
-No realmente, -le dije- creo que esta despedida será más corta de lo que imagino, ya podemos irnos.
El auto arrancó y una de las chicas puso una canción en la radio, era la canción que necesitaba escuchar, la que me iba a regresar a ese lugar por primera vez.
...Despiértame cuando todo termine.
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