Visión 13.06.25. La gran Tormenta se avecina

Visión 13.06.25. La gran Tormenta se avecina


El subconciente me juega una broma bastante extraña esta vez, me veo durmiendo en una habitacion con mi hermana, pero alcanzo a ver mi espíritu salir de mi cuerpo mientras duermo y querer saltar sobre el cuerpo de mi hermana en son de despertarla, así que pongo a mí espíritu "en pausa" justo antes de caerle encima y con mi cuerpo físico, me acerco a mi hermana y le grito:


-Despierta!. Para que pueda mirar mi cuerpo astral congelado sobre ella y finalmente pueda creerme lo que me pasa cada noche. 


Ella despierta de inmediato y mira el espectáculo, dos seres identicos en dos lugares distintos dentro de la misma habitación, no lo puede creer.


-En puedes ver? - le pregunto, puedes ver qué soy yo la que está sobre ti, y soy yo la que también está aquí a tu lado.


-Si, contesta ella alarmada -lo veo pero no lo puedo creer. Eso te sucede siempre -me pregunta-. 


-Si -le respondo yo- todo el tiempo. 


Y pude ver cómo se desvanecía poco a poco mi cuerpo astral a escasos 30 centímetros del rostro de mi hermana. 


Entonces despierto, y aparentemente vivo con una señora mayor y su hijo, del cual ella pensaba que era gay, pero ella era quien me hacía dudar de sus preferencias. 


Por la mañana comienzo a contarle la experiencia que acaba de pasar con mi hermana mientras ella preparaba el desayuno, y decidí sentarme en el umbral de la ventana, mientras narraba los sucesos, miraba hacía el cielo enfocada en el extraño comportamiento de las nubes.


Se miraban amarillas, y los truenos que salían de ellas también, y pasaban veloces desde mi derecha hacia mi izquierda. 


La señora insistía desde el interior de la cocina, que yo aún estaba atascada en el pasado, lo que no me parecía cierto, al contrario, tenía muchas ideas para el futuro y estaba segura de que las realizaría todas.


Cuando pronto el hijo, cansado de escuchar a su madre decirme todas aquellas cosas, decidió salir a poner una canción de Cristian Castro a todo volumen en el tocadiscos antiguo.

La madre salió de la cocina con algunos planos llenos de comida, llevándolos hacia una gran mesa que se encontraba en la terraza frente al jardín. 


Me levanté del umbral para intentar ayudarla, pero ella no me lo permitió. 


-Siéntate allí -me dijo, mientras colocaba la mesa estratégicamente. 


De pronto, ya éramos unas 6 personas sentadas comiendo alrededor de aquellos alimentos, sin saber que sería nuestra "última cena".


Una señora a mi derecha, le hacía muchas preguntas a un joven que se encontraba sentado a los espacios de mi hacia la izquierda, parecía ser que aquel hombre acababa de separarse y se mostraba bastante incómodo con las preguntas y los halagos que le hacían aquellas damas.


-Pues, bienvenido al club -le externé, más que nada para salvarlo de aquella situación incomoda. -Total, nadie a muerto por estar soltero-.


Al acabar de cenar, todos nos dirigímos a un spot frente al mar, y encendimos una fogata, mientras conversábamos observé que algunos del grupo se fueron en una pequeña lancha a navegar. 


Atardecía de forma espectacular, así que decidí lanzarme al mar nadando para alcanzarlos antes de que estuviesen más al fin y ya no pudiese hacerlo. Temía por una "marea alcalina", pero finalmente lo logré, y aquel joven recién incresado al plano de la soltería, me ayudó a subir a la lancha. 


Cuando estaba dentro, este hombre me abrazó por la espalda con una manta para calentarme.


-En verdad lo superarás -le dije. Y entonces él jaló con cariño mi cabeza hacia atrás y me besó la frente. 


Mientras nos adentrabamos a mar abierto, las condiciones del clima cambiaron drásticamente, y nos atravesó una gran nube que movía todo el agua a nuestro alrededor hasta dirigirse a la costa. Entonces me percaté de que el la lancha se había convertido de pronto en un pequeño bote de dos ocupantes y solo estábamos una mujer y yo, luchando por avanzar en un aparato de agua que no sabíamos manejar. 


Finalmente aquella mujer lo descubrió, los cables estaban reventados, así que había que halar izquierda y derecha simultáneamente para poder avanzar a través de las olas. 

Así logramos llegar a un pequeño paral en el que nos cambiamos las ropas mojadas y avanzamos caminando hacia un refugio.  


Era un refugio de marines, y al entrar en él ya no era yo, sino una mujer que regresaba de sus vacaciones, y cuya aversión por regresar al lugar en el que le hacían toda clase de maltrato, era muy evidente.


Pude notar que dos amigos se dieron cuenta de los abusos de uno de sus compañeros. Así que decidieron amedrentarlo entre los dos, mientras la chica se dirigía a su habitación, pero algo lo impidió así. 


Las alarmas de emergencia comenzaron a sonar de nuevo y la mujer junto a sus compañeros tuvieron que salir de inmediato a los botes.


En el altavoz se podía escuchar, de lugares donde el agua lo estaba cubriendo todo y otros lugares que en los que no sería así. 


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